El salario es el principal elemento que capta la atención de un candidato a la hora de solicitar un empleo. Este supone prácticamente la totalidad de la retribución fija. Sin embargo, existen otras formas de retribuir al empleado que muchas veces pasan desapercibidas. ¿Conoces la retribución variable? José Vera, profesor del área de recursos humanos de la Escuela de Negocios de la UEMC, te lo explica en este entretenido vídeo educativo. ¡Venga, dale al play!

La retribución motivante

Para entender el concepto de retribución variable, es importante tener clara la diferencia entre el puesto de trabajo y el empleado. El primero es el conjunto de tareas, funciones y responsabilidades que se desempeñan en el seno de una organización empresarial, mientras que el segundo es el individuo, la persona. Así, el salario fijo está directamente relacionada con el puesto de trabajo, pues es la misma para cualquier empleado que ocupe dicho puesto. Sin embargo, la retribución variable atiende a las características individuales y de la actuación del empleado, siendo por lo tanto, única e intransferible.

A la hora de establecer la retribución variable se ha de atender a una series de parámetros que permitan hacer un cálculo o una estimación. Entre ellos, cabe destacar la cantidad de trabajo realizada por el empleado, pero también la calidad del mismo; sus habilidades personales y sociales; la dedicación hacia el puesto y la empresa; el riesgo económico que pueda entrañar para la persona el desempeño del puesto de trabajo; las responsabilidades asumidas, etc.

José Vera apunta una importante característica de la retribución variable: el factor motivador. Es decir, debe ser un elemento que alimente y mejore la motivación del empleado. No se puede caer en el error de terminar convirtiendo este tipo de compensación en fija, pues pasará a interpretarse como un derecho adquirido y no como motivación. ¿Quieres saber más? ¿A que esperas? Dale al play.