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RESILENCIA: ¿CÓMO HACER FRENTE A LA ADVERSIDAD EN EL TRABAJO?

Resilencia.pngQueremos ser eficaces, productivos, tenerlo todo al día, prever cualquier posible inconveniente, poseer todo el conocimiento sobre la materia en la que trabajamos. ¿No sientes estrés solo con leer la lista?

En muchas ocasiones la intensidad con que perseguimos estos objetivos y el nivel de exigencia perfeccionista que nos aplicamos nos aleja de ellos en lugar de acercarnos. Y, ¿por qué nos demandamos tanto?

Por miedo al error. Es deseable aplicar nuestros conocimientos y actitudes lo mejor posible para no fallar, pero dar la espalda al error, la adversidad, los imprevistos y la frustración es la verdadera barrera. Por mucho que despleguemos nuestras habilidades para controlarlo todo surgirán las dificultades. Por ello hoy queremos hablarte de la resilencia.

La resilencia es la capacidad adquirida de resistencia ante la adversidad. Es la habilidad de enfrentarse a las situaciones complicadas y salir fortalecido de ellas. Hoy en día los departamentos de recursos humanos de casi cualquier empresa se enfrentan a trabajadores que presentan síntomas de estrés, ansiedad y falta de motivación. Esta es una de las herramientas más eficaces a las que se puede recurrir.

Como se menciona en el anterior párrafo se trata de una capacidad adquirida, es decir no innata. Son las personas las que tienen que trabajarla y entrenarla para poder disfrutar de sus beneficios. Pero seamos más claros, ¿qué implica?

·Implica ser consciente de mi potencial y limitaciones: realiza un análisis profundo de tus habilidades y limitaciones. Si eres consciente de cuáles son tus puntos fuertes a la hora de enfrentarte ante un problema podrás aplicarlos. De hecho, cuando una adversidad implique puntos en los que sabes que estás más limitado podrás ser consciente de que la mejor opción es buscar a un compañero y pedirle ayuda.

·Implica aceptar el cambio: las personas resilentes aceptan que la realidad es puro cambio y por lo tanto no invierten sus energías en que todo siga igual. Ante el cambio lo aceptan y vuelcan sus habilidades en adaptarse y sacar el mayor provecho de dicho cambio.

·Implica no intentar controlar la situación: este punto se encuentra estrechamente ligado al anterior. Las personas resilentes no intentan controlar todos los elementos de su entorno con el objetivo de que no aparezcan complicaciones. No, ellas son conscientes de que es inevitable que en un momento dado se produzca una adversidad y están preparados para analizarla para hallar la mejor solución.

·Implica desarrollar el mindfulness: el mindfulness consiste en vivir el presente. Las personas que se anclan a su pasado viven en una perpetua tristeza o culpabilidad por lo que fue. Las que miran al futuro experimentan estrés y ansiedad ante todo lo que queda por hacer o por cómo resolverán situaciones futuras. En cualquiera de los dos casos se pierde el presente. Si en el trabajo no dejas de pensar en todo lo que te queda por hacer o en los errores cometidos no serás capaz de concentrarte en la tarea del ahora. En lo que estás realizando en el momento. Vivir el presente es también un aprendizaje sobre la concentración.

·Implica establecer objetivos factibles: las personas resilentes son capaces de perseguir unos objetivos alcanzables en base al contexto en que viven y sus habilidades. Una persona resilente es persistente porque sabe que si se esfuerza su meta es factible.

A continuación os dejamos cinco ejercicios que os ayudaran a entrenar vuestra resilencia:

1.Pregúntate: “¿Qué es lo que de verdad me importa?”. Una vez establezcas tú escala de prioridades te será más fácil reorientar las metas hacia la dirección que realmente te aportará bienestar.

2.Desconecta al llegar a casa: ¿cómo vas a ser productivo, no cometer errores o no experimentar estrés si estás las 24 horas dándole vueltas al trabajo? La mente necesita asideros o momentos de respiro para volver a centrarse en las tareas con efectividad.

3.No admitas en tu vida las quejas: sí, hay que tener una mirada analítica, pero si luego te centras en el error y no en la búsqueda de soluciones solo conseguirás estancarlos en lugar de avanzar. Al centrarte en los elementos positivos de nuestro día a día, en la soluciones, en lo conseguido,… estarás más motivado para afrontar los retos que se presenten.

4.Procura una comunicación asertiva y no violenta ante los conflictos: analiza el modo en que te expresas en situaciones conflictivas para eliminar los tonos de defensa y ataque.

5.Cuida tu forma física: una buena alimentación, las horas de descanso adecuado y la realización de ejercicio físico ayudan a mantener la mente despejada y vivaz. Además, rebaja el estrés y ansiedad.

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