LA GESTIÓN DEL TALENTO: ELEMENTO FUNDAMENTAL DEL ÉXITO.
El talento nos permite, entre otras cosas, demostrar quiénes somos y qué estamos dispuestos a conseguir en el ámbito laboral. Es un activo escaso y por tanto valioso; es un elemento diferenciador que nos ayudará a consolidar nuestro producto de manera eficaz.
Alcanzar el éxito en el complejo mundo corporativo de hoy en día puede parecer difícil, pero nos puede costar más aún si no gestionamos correctamente nuestros recursos humanos.
Un error recurrente es querer comparar nuestra actividad con la de otras empresas y considerar que otras estrategias que han podido triunfar para otros, bien pueden hacerlo también para nosotros. Eso no funciona: comparar está bien, pero debemos diseñar una estrategia apropiada para nosotros, en la que los procesos de selección den paso a una política de recursos humanos abierta e integradora.
Otro factor clave es la valoración. Aquí se ha establecido una diferencia con respecto al pasado: ahora la élite del talento no sólo la conforman los directivos, sino también profesionales de perfil específico. Es tarea de los departamentos de recursos humanos encontrar a estos individuos y adaptarlos a sus necesidades: la merma en inversión y la carencia de crédito en muchas empresas pueden dificultar la búsqueda y por ello hay que esforzarse en la tarea. También es necesario valorar al personal como merece, haciéndole partícipe de las dinámicas y objetivos correspondientes de la empresa, favoreciendo la creatividad y la innovación.
Ha comenzado a difundirse el término Generación Me para designar a todos aquellos que nacieron después de 1980, nativos digitales que hoy configuran un perfil curricular al que hay que saber adaptarse, pues para el 2018 se estima que conforme el 50% de la población laboral en países desarrollados.
Según un estudio publicado recientemente por peoplematters.com, mejorar y optimizar la gestión de este talento y la comunicación serán las nuevas prioridades de los procesos de innovación en RRHH. Los retos a los que se enfrentarán las marcas son:
La velocidad del cambio: la empresa debe poder adaptarse a las cambiantes circunstancias laborales.
El desarrollo de los profesionales: el personal debe poder adaptarse también a las circunstancias.
Vínculo emocional: será importante poder crear un elemento de conexión entre empleados y clientes. Favorecer la comunicación interna y externa será vital para llegar a buen puerto en los negocios.