INTELIGENCIA EMOCIONAL: TRABAJANDO SENTIMIENTOS.
Lo que da valor a todo trabajador no son únicamente sus estudios, su experiencia profesional, sus habilidades informáticas o sus conocimientos de idiomas. Las habilidades sociales y aptitudes emocionales son determinantes para encajar en determinado puesto de trabajo o en una empresa concreta. La aplicación de la inteligencia emocional en entornos laborales es imprescindible para alcanzar el éxito y mejorar las relaciones.
Por inteligencia emocional se entiende la habilidad de percibir, valorar y comprender las emociones, así como generar y expresar sentimientos, tanto de uno mismo como de los demás. En cuanto al aspecto laboral del término, haría referencia a la capacidad de comprender, aceptar y gestionar los estados emocionales que vienen provocados por el contexto del trabajo. Por lo tanto, se relaciona con conceptos como trabajo en equipo, liderazgo, mindfullness, etc.
Conseguir el control sobre nuestras emociones favorecerá la eficacia, la competitividad y la productividad. Sin embargo, gestionar los sentimientos no significa suprimirlos, sino entrar en contacto con ellos y tomar conciencia, es decir, evaluar y analizar el origen de los mismos y las razones de su florecimiento. Esto ayudará a mejorar el manejo de la presión, a la toma de decisiones, y la creatividad.
La inteligencia emocional en el entorno laboral podría dividirse en dos vertientes: las competencias personales y las sociales. El correcto desarrollo de ambas facetas tiene como finalidad alcanzar el mejor estado mental y emocional en el trabajo y carrera profesional. Desde la Escuela de Negocios de la UEMC te ofrecemos unas pautas para entrenar las distintas habilidades:
Competencias personales:
–Autoconciencia: la habilidad para conocer las propias fortalezas y debilidades y reconocer las emociones y sus efectos.
–Motivación: implica compromiso con los objetivos de la organización, iniciativa personal para anticiparse a las necesidades, y optimismo para alcanzar las metas propuestas por el grupo.
–Autorregulación: la capacidad para mantener el control en situaciones críticas o la flexibilidad y la honestidad también son importantes para alcanzar el estándar de excelencia laboral.
Competencias sociales:
–Empatía: la habilidad de comprender, ayudar y fomentar el desarrollo de los demás favorecerá al individuo y al conjunto.
–Orientación al servicio y la predisposición permitirán una mejor relación con los clientes.
–Gestión de la diversidad cultural y la conciencia política crearán un ambiente amable y receptivo, tanto dentro de la organización, como de cara al público.
La principal característica de la inteligencia emocional en el entorno laboral es estar orientado a los demás. Es importante saber escuchar y comunicar las ideas, construir lazos de unión, gestionar adecuadamente los posibles conflictos y alcanzar el consenso, colaborar y cooperar para un mejor trabajo en equipo. Todo ello para lograr alcanzar la mejor versión del individuo y del grupo en el ámbito profesional.
Todo líder debe recordar que sus trabajadores no son únicamente aquello que saben o producen, sino también lo que sienten y piensan.