Cómo medir el rendimiento de un empleado
Para comenzar, hay que tener en cuenta que si lo que se medirá son variables cuantitativas, emplearemos escalas; sin embargo, si nuestro objetivo se compone de variables cualitativas, entonces deberemos proponer otro tipo de medición, como, por ejemplo, las entrevistas.
Para medir el rendimiento se pueden emplear las entrevistas de valoración, ante la cuestión de si un empleado se merece o no un ascenso en su puesto de trabajo.
Tras una entrevista de carácter informal, el entrevistador puede obtener tres resultados:
Si es satisfactoria, el empleado puede cambiar de puesto y se concretaría qué hacer.
Si es satisfactoria pero el empleado no desea cambiar de puesto, se cuestionará qué incentivos pueden mejorar el rendimiento.
Y si, por el contrario, resulta insatisfactoria, se plantea un plan de acción para corregir su desempeño.
Si es satisfactoria pero el empleado no desea cambiar de puesto, se cuestionará qué incentivos pueden mejorar el rendimiento.
Y si, por el contrario, resulta insatisfactoria, se plantea un plan de acción para corregir su desempeño.
La entrevista es un instrumento de medición subjetivo, pero permite recabar mucha información sobre el concepto de rendimiento del que parte el entrevistador.
Otro modo de medir el rendimiento es mediante escalas de valoración conductual, que pueden ser elaboradas por el departamento de Recursos Humanos y remitida a todos los encargados de área; así se pueden registrar los aspectos considerados importantes para el concepto de rendimiento del que se parte.