“Voy a haceros una pregunta, y tenéis 15 segundos para responder. Dentro de 20 o 30 años, cuando penséis en vuestras carreras profesionales en retrospectiva, ¿qué os gustaría pensar que habéis conseguido?” La cuestión, que tiende a lo capcioso dados los tiempos que corren, es lanzada como consejo en las escuelas de negocios por Jeff Weiner.

El lector de a pie puede no estar familiarizado con él, pero los más avezados probablemente sepan que tras ese nombre y apellido se esconde el consejero delegado de Linkedin, la red social profesional más utilizada en el planeta, e incluso pueden llegar a intuir que, muy probablemente, las mejores opciones de alcanzar ese puesto de trabajo para analizar en retrospectiva de aquí a unos años, pasan precisamente por Linkedin.

Con aproximadamente 300 millones de usuarios y un valor en bolsa cercano a los 12.500 millones de dólares, la plataforma se ha erigido como la opción predilecta para los reclutadores, debido a, entre otras cosas, el acceso a la herramienta Recruiter, una forma de realizar los procesos de selección en mucho menos tiempo y de la que muchos técnicos de Recursos Humanos se declaran usuarios incondicionales. Para usarla, eso sí, hay que pagar 8.000 dólares anuales.

Parece evidente que cualquier demandante de empleo debe estar en Linkedin, pero ¿qué se puede hacer para potenciar la visibilidad de los perfiles y aumentar las posibilidades de poder encontrar trabajo?

Aquí resumimos 3 consejos que te ayudarán a sacarle lustre a tu perfil:

– Dedícale tiempo: si estás buscando entretenimiento, esta no es tu red. Si estás buscando empleo, debes esforzarte. Participa en los grupos, demuestra de lo que eres capaz. Haz nuevos contactos, busca sinergias profesionales con individuos que ocupen puestos de tu interés (técnicos de selección, ETTs, headhunters, etc.). Recuerda que esta es una herramienta de promoción las 24 horas del día y los 365 días del año, no hay excusas para no tener un perfil activo y actualizado, sobre todo para quién está buscando empleo.

–Rellena todos los campos: dos errores habituales consisten en ignorar la relevancia de la foto del perfil y del extracto. Ante todo, se debe disponer de una foto, y no vale una cualquiera; tiene que ser actual y profesional. Según Laetitia Saint Maur, directora internacional de cuentas y de soluciones de marketing de Linkedin, “un perfil con foto tiene hasta siete veces más posibilidades de ser visto que uno que no la lleve”. Luego está el extracto: el párrafo introductorio debe ser lo suficientemente atractivo para el lector, sí, pero también para cualquier reclutador. Hay que rellenarlo sí o sí: usa palabras claves, define tus competencias y conocimientos, desmárcate con lo que te hace diferente.

–Promueve tu personal branding: debes construir un entorno dónde tu seas el protagonista. Los premios y logros son muy importantes, así como las recomendaciones y los trabajos previos. Procura que premios y logros queden visibles, pero no exageres sobre ellos; todo lo relacionado a hobbies o aspectos más relacionados con la vida personal, no son tan interesantes como las certificaciones de lo que sabes hacer. De la misma manera, las recomendaciones de compañeros del mismo nivel no causan tanto efecto como las que puedan realizar directivos y jefes de departamento. Recuerda incluir tus trabajos de la forma más visual posible; LinkedIn incluye la opción de aportar tus trabajos en vídeo, slideshare, página web, etc. lo que constituye por sí mismo un elemento diferenciador.

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