Se juega en aeropuertos, en andenes. En viajes breves y también de larga distancia. Sacar el móvil, la tablet, un momento y ya está: sólo una partidita, una vida. Si esta historia te suena, bienvenido, eres un adicto más a Candy Crash, pero tranquilo, no estás solo: cómo tú hay 132 millones de jugadores que cada día aprovechan un momento para evadirse, para disfrutar. Candy Crush se ha propagado a través de las redes sociales a velocidades de vértigo y se ha convertido en un auténtico fenómeno viral. Lo juega tu padre, tu amigo y tus compañeros del trabajo no paran de hablar del “juego de las gominolas”. Así no parece haber escapatoria posible, pero ¿qué esconde el juego para generar esa adicción desmedida?

El concepto parece fácil: es un puzzle por gominolas en el que hay que juntar formas iguales por líneas, un esquema parecido al que usaba Tetris, pero con sutiles diferencias que lo actualizan a los tiempos que corren. Candy Crush representa el paradigma actual en lo que a social gaming se refiere, toda una estrategia basada en la gamificación y el marketing social que desgranamos aquí punto por punto:

Iniciar el juego es sencillo: no hacen falta manuales ni complejos tutoriales.

Apoyo audiovisual: la estética del juego es llamativa y la música pegadiza.

Integración entre dispositivos: se puede jugar tanto en web como en aplicaciones.

Interacción social: para avanzar de nivel se busca la cooperación de nuestros amigos.

Competitividad: el juego alienta la competición con incentivos, ránkings actualizados que siguen la actividad en el juego de nuestros amigos.

El juego fue creado en 2011 por King.com, empresa británica dedicada al sector del ocio en los social media que mueve cada día la impresionante cifra de 1000 millones de usuarios. En 2012 se añadió el «Saga» para su entrada en los social media, y desde entonces su crecimiento ha sido imparable: King.com es el líder en usuarios y tráfico en Facebook y prepara su salida a bolsa. El que ahora ostenta el número dos en el podio de las empresas dedicadas al ocio social, Zynga, salió a los parqués hace dos años con resultados bastante dudosos (bajada en sus valores, despidos, abandonos de directivos), así que los mercados seguirán sin duda con expectación los movimientos de la empresa británica.