SYRIZA VS. LA UNIÓN EUROPEA
Ahora que las aguas parecían tranquilizarse en Grecia tras el torrente mediático que supuso el triunfo del partido de izquierdas Syriza, ha llegado el momento de tomar las decisiones. El primer ministro Alexis Tsipras se enfrenta al primer gran desafío de los muchos que le aguardan como gobernante: ¿cumplira las promesas que realizó durante la campaña electoral? Europa aguarda expectante.
Y es que desde Bruselas ven con cierto recelo la llegada de Tsipras al gobierno helénico. El presidente de la Comisión Jean-Claude Juncker ya lanzó el primer aviso a navegantes en recientes declaraciones, confirmando las sensaciones que comparte su homónimo del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, quién en los últimos días ha alertado del peligro que conllevaría que Syriza siguiera adelante con sus políticas sociales.
Pero, ¿cuáles son esas medidas y por qué están causando tanto revuelo? Vamos a repasar algunas de las más importantes líneas del nuevo plan económico-social que pretende implantar Alexis Tsipras:
-Subida del salario mínimo: de los 586 euros establecidos tras los recortes a los 751 euros. Se trata de una disposición que pretende romper con la austeridad, y que busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores, pudiendo así dinamizar el consumo interno. Sin embargo, los detractores de estas políticas sociales afirman que esto solo conduce a espirales inflacionistas.
-Paralización de las privatizaciones: algunas de ellas, como las del puerto del Pireo, aeropuertos y la empresa estatal eléctrica DEI, se cerraron durante el anterior Gobierno y habían sido incluidas ya en los presupuestos del 2015. Algunos analistas político-financieros han mostrado su preocupación al respecto, pero la intención de Syriza es la de conseguir que estas operaciones vayan a favor de los objetivos sociales.
-Reintegración de los funcionarios despedidos: a lo largo de su campaña, Alexis Tsipras ha hecho especial hincapié en la tiranía y sinsentido de los recortes. Uno de los objetivos impuestos por la Troika para Grecia era la obligación el de aligerar plantilla estatal. Los miembros de Syriza consideran esto algo inconstitucional y por este motivo han declarado que van a proceder a ajustar algo que consideran injusto. Supone otro órdago a la política de reformas marcada desde Bruselas.
-Garantía de cobertura a las familias que vivan por debajo del umbral de la pobreza (electricidad y calefacción gratuita, ayuda alimentaria, sanidad). Para el nuevo Ejecutivo heleno, los más débiles han sido los principales perjudicados de los recortes. Mediante la aprobación de esta medida el Estado griego sufragaría los costes de cerca de 300.000 familias.
-Abolición del euro por receta: una de las reformas estrella en los países más afectados por la crisis es el llamado “copago sanitario” (que en España ha llegado a declararse inconstitucional), que consiste en pagar una cuantía extra que se añade al precio del medicamento. Syriza pretende reinstaurar la atención universal sanitaria para todos los ciudadanos sin que ello suponga un coste añadido para nadie.
-Reestructuración de la deuda: la intención de Tsipras es la de que Grecia pague la deuda siempre y cuando se encuentre en fase de desarrollo, que haya moratorias más flexibles, que el BCE compre bonos griegos y que tenga lugar una quita semejante a la que se produjo en Alemania tras la 2ª Guerra Mundial. Los países acreedores ya han manifestado su desacuerdo respecto a estas decisiones, y todo hace indicar que la UE no accederá a satisfacer estas demandas.
Todo esto ha provocado un auténtico terremoto bursátil, cuyos efectos ya han comenzado a propagarse a lo largo de los parqués de las principales capitales mundiales, viéndose resentida la economía griega ante el temor de un nuevo «corralito» con fugas de capital inversor y desplome de valores. Ahora que la Bolsa helena parece haberse estabilizado, analistas y expertos económicos aguardan impacientes el próximo movimiento de la partida de ajedrez que se está librando: ¿acabará Alexis Tsipras con la austeridad o por el contrario tendrá que adaptarse a los dictámenes europeos?
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