EL FISCO TIENE NUEVA ARMA: LAS REDES SOCIALES
Santiago Menéndez, director general de la Agencia Tributaria, anunció el pasado martes, 17 de febrero, que a lo largo de 2015 Hacienda incorporará sistemas y herramientas destinados a la obtención de información, tanto de páginas webs como redes sociales, para la detención de fraudes.
¿Qué quiere decir esto? Se trata que si declaras únicamente tener una nómina de 1.200 euros al mes, sin otros ingresos o ahorros, pero en redes sociales apareces en varias fotografías veraneando en una villa de lujo, cuidado. Cuidado porque algo no cuadra y Hacienda lo va a saber.
La crisis ha supuesto que se reduzca el dinero sujeto a impuestos por lo que la Agencia Tributaria está perfeccionando y ampliando sus protocolos de actuación tanto para adaptarse a la nueva actualidad tecnológica como para aumentar en eficacia. Ya hay un departamento de funcionarios dedicados a la supervisión de webs, blogs, revistas,… y ahora redes sociales con el objetivo de detectar incoherencias, como la de Monserrat Caballe. La conocida soprano declaró que residía en Andorra, lo que conlleva la exención de una serie de impuestos. Sin embargo, su vivienda habitual era Barcelona por lo que la fiscalía le reclamó 500.000 euros.
Gracias a las redes sociales es muy fácil detectar esta clase de incoherencias dado que si registras que vives en Andorra pero tus tuits e imágenes de Facebook muestran que resides en Madrid hay una falta clara.
Estamos haciendo hincapié en las redes sociales debido a que estas son las que el director general Santiago Menéndez ha declarado que van a incorporar, pero, ¿qué sucede con el Big Data? No debemos olvidar este último gran avance tecnológico que se basa en la recolección de un gran volumen de datos de diversas fuentes para luego, mediante órdenes y fórmulas dictadas, interrelacionar esos datos y extraer de ellos la máxima información.
Es decir, permite encontrar conexiones entre datos que aparentemente no tienen nada en común. Hacienda podría encontrar correlaciones sutiles con una mayor eficacia y rapidez. Además, el big data realiza diagnósticos predictivos con un porcentaje de credibilidad bastante elevado.
La inmersión de Hacienda en las redes sociales y en el futuro, tal vez, en el big data plantea numerosos dilemas éticos como: la privacidad, la transparencia, la pérdida de identidad, la sensación de falta de intimidad y de seguimiento constante,… Sin embargo, también aseguraría que los que comentan fraudes se lo piensen dos veces antes de llevarlos a cabo. Con herramientas más eficaces la posibilidad de cometer un delito y salir exento se reduce.
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