LA PRODUCTIVIDAD AMENAZA A LOS MACROPUENTES
En general las personas esperan con ganas los puentes y festividades. Esos días que incorporan un domingo más a la semana, otra mañana en la que poder quedarse entre las sabanas sin tener que hacer caso al horrible ruido del despertador. A primera vista parece magnífico, pero no es así para todos. Los empresarios alzan la voz y reclaman la supresión de los macropuentes, ¿por qué?, ¿cuál es el problema?
Tras la publicación del calendario laboral 2015 los empresarios solicitan la eliminación de los macropuentes a raíz de que estos afectan tanto a la productividad y eficacia como a las ventas. No es solo que la semana se reduzca a tres días, es también el aprovechamiento de los mismos. El primero requiere la reincorporación al ritmo de trabajo, a volver a sumergirse en la pirámide de datos y tareas que se suele gestionar. En el tercero la cabeza y el ánimo se encuentran en los planes que se harán durante la festividad.
O puede que no, puede que el tercer día, el de antes del puente, estés concentrado intentando dejarlo todo hecho para marcharte tranquilo. Pero lo que es seguro es que no empezaras procesos o tareas nuevas. Es inevitable que la productividad y la eficacia desciendan. Estos valores no son los únicos afectados, ¿harías caso a una llamada comercial cuando se acercan tanto tus vacaciones? No.
Las ventas descienden. En semana Santa, el 1 de mayo, el 25 de junio,… esos días no estás pensando en comprar libros, un ordenador, contratar una compañía u otra de telefonía,… estas pensando en las vacaciones, y las ventas descienden.
Por lo tanto, queda claro que los empresarios sufren ante estas festividades. Por otro lado, nada es tan sencillo, porque lo que a ellos les perjudica al turismo le beneficia. El 53% de los viajes que realizan los españoles se produce durante puentes y fines de semana. La solución fijada es que las festividades sean trasladadas al lunes o viernes de la semana lo que reduciría los macropuentes a micropuentes. El turismo no se vería perjudicado y las empresas ganarían en eficacia y ventas.
Sin embargo, esta sigue siendo una medida controvertida, porque ¿realmente son las fiestas lo que falla?
Sí, España es uno de los países europeos con más festivos, 14, superando a Austria (13), Alemania (12), Francia e Italia (11 cada uno) y a Reino Unido (9) entre otros. De hecho, en plena crisis económica, la canciller alemana, Angela Merkel, en un mitin electoral criticó que “unos países disfrutan de muchas vacaciones y otros de muy pocas”.
Para reforzar el lavado de cara que Rajoy quería darle a la economía española efectuó la promesa electoral de trasladar los festivos que cayeran entre semana a los lunes y viernes. El objetivo: la eficacia y productividad.
Pero, hemos de volver a preguntar, ¿realmente son las fiestas lo que falla?
En cuanto a ventas sí. Es indudable que en un periodo vacacional o de festividad las transacciones comerciales descienden.
Sin embargo, deben ser estudiados más a fondo los beneficios que aportaría en cuanto a productividad y eficacia. Porque sí, España tiene 14 días festivos, pero también una de las jornadas laborales más amplias, 37,9 horas frente a una media europea de 35 horas. En los últimos 60 años España redujo la jornada laboral un 13% frente al 25% del resto de países desarrollados.
Tenemos una de las jornadas laborales más amplias y aún así seguimos estando a la cola en cuanto a productividad y efectividad. Desde Randstad se propone a las empresa el desafío de trabajar en profundidad sobre la planificación de los horarios y jornadas para poder aprovecharlos 100%. Se incide sobre lo beneficioso de reducir la jornada laboral y los tiempos de descanso para un mayor aprovechamiento de la vida personal, familiar y laboral.
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