El talento está en todas partes. Todos tenemos habilidades que nos permiten destacar en determinados aspectos. A veces no somos conscientes de ello, otras, aún sabiéndolo, no contamos con los medios para desarrollarlo. Si quieres que tu empresa crezca, empieza por aprovechar el talento humano que hay en ella.

La base de una buena gestión del talento es un buen departamento de recursos humanos. Contar con un equipo profesional formado que sepa encontrar, fomentar e implementar el potencial de los trabajadores es primordial para el crecimiento de la empresa. Las habilidades y aptitudes de cada miembro han de ser aplicados al trabajo diario, contribuyendo de forma positiva a la mejora del grupo y de proyecto.

Aprovechar el talento interno de la empresa, formaría parte del insourcing, mientras que el outsourcing, supondría encontrarlo fuera de la organización. La primera opción, es más rentable y práctica, pues los trabajadores ya conocen la organización y forma de trabajar de la empresa, sin necesidad de formarles de nuevo.

Una correcta gestión del talento humano requiere cinco grandes acciones:

–Descubrir: Encontrar a los mejores de cada ámbito no es fácil. Son muchos los factores que influyen en la elección de un candidato. El departamento de recursos humanos ha de saber ver el talento y potencial de cada persona. Siempre buscando la innovación y el desarrollo.

–Gestionar: No sólo es cuestión de encontrar, sino de gestionar, de distribuir inteligentemente ese talento. Para aprovechar al máximo las características y aptitudes de cada trabajador, hemos de averiguar cómo y en qué puede emplear sus conocimientos y habilidades. Saber colocar a cada persona en su puesto y otorgarle unas responsabilidades acordes.

–Motivar: El talento hay que alimentarlo. Hacer que el trabajador se sienta valorado y apreciado, tanto por sus compañeros como por el conjunto de la organización. Incentivarlo y hacerlo crecer por sí sólo, para que así contagie al resto. Esto se puede hacer mediante la creación de ambientes agradables que fomenten las relaciones sociales, otorgando responsabilidades individuales y libertad para tomar decisiones.

–Crear: La formación es esencial para una buena gestión del talento. Ha de ser constante y fluida, dando cabida al aprendizaje y el crecimiento. Los trabajadores de la organización son polivalentes, con múltiples facetas y sus aptitudes adaptables. Encasillar el talento es un error. La empresa debe fabricar su propio talento a la medida de sus necesidades y diferenciándolo del resto.

–Adaptar: El sector empresarial está en constante cambio y evolución. La organización ha de adaptarse a las tendencias y a los mercados, y con ella los trabajadores y sus habilidades. Tener actitud flexible y abierta, dispuesta a aceptar el feedback y aportaciones de los miembros de la empresa, es una de las características de un líder emprendedor.

El crecimiento, la innovación y el desarrollo dependen directamente del factor humano. Aprovecha el talento de los que te rodean y empieza a recorrer el camino del éxito.